jueves, 4 de septiembre de 2014

Del paraíso a la realidad, pero en que medida?

Si es así, cuando uno regresa a la realidad habiendo estado en el paraíso, muchas cosas cambian bajo su punto de vista. Algo que era excepcional pasa a ser corriente, y algo corriente pasa a ser ridículo, pero, esto siempre ocurre? es una caso excepcional o una tónica general?, la verdad, sería dificil catalogarlo, y no parece existir un patrón claro para este cometido, siendo la experiencia anual lo unico catalogable. Este año, en mi regreso a esta tierra, por desgracia, no tan afortunada, las cosas parecen no estar tan mal, en referencia al momento de mi abandono de la misma. Parece haber algo mas de "vida" por la zona, ya sea por época o demás causas, veremos lo que dura. 

El otro día me disponía a "estrenar" la temporada por estos lares, digo estrenar porqué la presente campaña ha sido de todo menos productiva por estos lares, desde enero sin ver tan siquiera un pez pequeño, pero parece que esta vez, había algo diferente. A pesar de los barcos profesionales calando en las orillas, y demás elementos, sigue habiendo algo, que puede parecer esperanzador, pero sintiéndolo mucho, no lo veo yo así, ya qué basta que haya algo de vida por la zona, para que vengan los de siempre y acaben con ella, tiempo al tiempo...

Hasta que llegue este momento, solo queda intentar sacar algo de partido al asunto, e intentar disfrutar un poco. Cuando el otro día llegue al pedrero me sorprendió una mar completamente en calma, como hace mucho tiempo no la veía. Lanzar y lanzar, recoger y recoger hasta que comienza el festival. Agujas, agujas y mas agujas cebandose en superficie a las pequeñas sardinas que habitan ahora por la zona, y en eso, mi artificial nadando entre ellas y siendo atacado reiteradas veces, una y otra vez, sin resultado, sin tener ninguna prendida, hasta que, finalmente, una agarra con firmeza el artificial, y me regala una corta pero bonita pelea, con sus mas que caracteristicos brincos fuera del agua. 


Acto seguido seguir intentandolo, y seguir con la tónica general, ataques y mas ataques de agujas, hasta que, las ves huyendo en todas direcciones, aparece un burbujeo en superficie, lanzas tu artificial sobre este, das dos toques y ya sientes un ataque. Acto seguido, la caña se dobla hasta el mango, siento un peso desmesurado y comienza una carrera del animal a velocidad de la luz. Todo pintaba de maravilla, hasta que se repite la historia, plufff, se suelta el animal. Miras fijamente y ves una gran sombra amarilla que te da un firme candidato de ser quien te ha dejado a "33".
 Tras ello, nada nuevo que contar, las agujas desaparecieron y el animal también, vuelve la calma absoluta al lugar y llega la hora de recoger, como se diría por ahí, "el pescado esta vendido".


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