jueves, 28 de enero de 2016

Unos mazapanes, un turrón, una caída y un objetivo cumplido: Crónica de los últimos días de la temporada 2015 y primeros de la 2016 (Parte 2)

Buenas a todos, la escritura de esta segunda parte se ha demorado un poco, lo reconozco, pero las labores universitarias han ocupado todo mi tiempo, pero ya es hora de hablar del final de estas mini crónicas.

Remontémosnos a comienzos de este nuevo año 2016.

Acabamos de dejar atrás una de las peores temporadas que un servidor recuerda, la cual entre unas cosas y otras acabó con una sonrisa en la boca. Los primeros intentos de este nuevo año han dado de sí buenas esperanzas, sobretodo al lograr quitarme una espinita clavada en mi desde hace mucho.

2 de enero, aún noche cerrada, y me encuentro ya cargando el coche y saliendo rumbo al mar, en mi última intentona antes de este parón que me ha tenido abstenido estas semanas. Van pasando los minutos, los kilómetros que dejamos atrás al son de la música de Audioslave que suena durante este camino. Al final llegamos al lugar deseado, donde nos encontramos dos cosas.

La primera es una mar de fondo muy agresiva, y la segunda es que el pesquero por el que había recorrido tanta distancia esta ocupado. Ahí comienzo a pensar una alternativa, y ya con el sol apunto de comenzar a despuntar en el horizonte, se me ocurre un lugar donde quizás a pesar de las condiciones, podré ejecutar algún lance.

Ya en dicho lugar, las olas se elevan y van dejando una estela muy pronunciada a su paso, y cuando rompen en las orillas desatan una "lluvia" a modo de bruma que inunda la zona, y me empaña las gafas nada mas salir del coche.

Me decido a montar todo el equipo, y comenzar a pescar. La marea incomoda mucho la acción, y estoy apunto de perder dos long minnow por enroques con el escaso fondo que había en el espumero, pero no desespero y cambio de artificial. Dentro de mis long minnow, anudo el que menos profundiza, que es el Shore Line 17 nuevo que me llegó desde Japón, el cual logro catapultar bien lejos tras las grandes olas gracias al 0.14 y a la Skirmjan que lo catapulta bien lejos.

Ya en la zona cero, un par de toques de puntera después, me paran el artificial en seco, la skirmjan se arquea de sobremanera, y mi Xfire comienza a cantar como un jilguero... ¡Esto si era un buen bicho!



A la vista de lo ocurrido los días anteriores, me inundó un cierto negativismo, pensando que volvería a perder una buena pieza, pero quizás ese negativismo, me ayudo a estar tranquilo y pelear al pez como debía.

La batalla es trepidante, de las mejores que he tenido. Tener un conjunto tan liviano favoreció a que disfrutase de la pelea como nunca antes, y la fuerte mar y la tipología del pesquero ayudaban al pez a correr y correr hacia los bordes rocosos, o las rocas que tapizaban el fondo (a escaso metro de profundidad).

Tras unos momentos de duda, donde pensaba que el animal iba a lograr llegar a los bordes rocosos y cortar, logro encaminarlo, y meterlo donde yo quería. Llegados a este punto ya comienzo a estar mas confiado, y soy consciente de que llegaba un punto muy dificultoso, que es varar a un buen pez.

Aún no había visto ni siquiera su silueta, pero cuando ya estaba pegado a la orilla, veo un lomo con una aleta puntiaguda asomando... ¡Era mi Reysaco! No podía creer que por fin volviese a tener a un buen pejerrey al otro lado, y este a continuación ejecuta un salto precioso fuera del agua, para acabar cayendo en esta y acelerando hacia adentro, ganándome un par bueno de metros de nuevo.

Camina paralelo a la línea de costa, y yo con él, hasta que empiezo a ver que se esta cansando. En eso veo venir una ola y pienso en probar a ponerlo en seco. Gracias a dios que tenía el freno suave, porque la ola me lo pone al lado mio, pero con las mismas se lo vuelve a llevar. A la siguiente lo hago mejor, dejo que el mismo nade y se quede sin agua sobre el callado.

Hay demasiada poca agua, ya no puede nadar, pero no me precipito, y dejo que venga la ola que me lo deje ya definitivamente en tierra firme, la cual llega 2 segundos después. Ahí agarro el bajo de línea, y lo subo un par de metros.

Es ahí cuando suelto un rotundo -SÍ-

No monté el número que monté con la lubina, porqué este pez era algo especial, era un objetivo cumplido, y por ello mas que expresarlo externamente, lo expresé hacia dentro, y la felicidad comenzó a invadirme. Un objetivo cumplido a base de dejarse el alma en cada salida, y que dio sus frutos tras dos años...

 
 
 
 
 

 

 
Tras una fugaz sesión de fotos, llegaba la última parte, la cual podría finalizar este objetivo de la mejor manera, con su devolución al medio de donde vino. Era consciente de que no sería nada fácil por la tipología de la orilla, y con la mar que había, pero quería intentarlo...
 
 
 
Empiezo caminar agua a dentro, para intentar buscar algo mas de calma que donde rompían las olas, y muevo y muevo a mi amigo para oxigenarlo, pero no encuentro respuesta alguna. Pasaban los minutos, y le veía como movía sus aletas pectorales, pero no sentía esos coletazos que son indicativo de mejoría... Estaba apunto de desistir, pero ahí recordé las palabras de un buen amigo, que me dijo que estos peces les cuesta mucho reaccionar, que no dejara de intentarlo que seguramente reaccionaria...
 
Pues no desistí, lo intenté por activa y por pasiva, y cuando ya llevaba 7-8 min el animal empezó a darme coletazos, empecé a sonreír a pesar de que las olas me hubiesen calado hasta los huesos, quería verle irse con mis propios ojos, y cuando ya llevaba sobre 10 min de acción, y a la vista de que el animal ya daba coletazos, decidí hacer la prueba de fuego, soltarle para ver si nadaba o se iba a flote...
 
 
 
Para alegría mía, lo solté, el animal de enderezó y comenzó a nadar mar adentro, y es ahí cuando realmente estallo externamente de alegría, había logrado cerrar un circulo perfecto...
 

 
Lograr un gran objetivo, y poder agradecerle al mar dicha ofrenda con la devolución de mi fiel amigo... ¿Se puede pedir algo mas?
 
Un saludo a todos y buena pesca !!

 

miércoles, 6 de enero de 2016

Unos mazapanes, un turrón, una caída y un objetivo cumplido: Crónica de los últimos días de la temporada 2015 y primeros de la 2016 (Parte 1)

Pues bueno, me vuelvo a sentar frente al ordenador con el objetivo de resumir lo que ha dado un último arreón que hemos dado a la temporada 2015, y como fueron los primeros coletazos de la 2016. Espero poder contar lo mejor posible lo ocurrido durante este tiempo, porqué ha dado para mucho...

¡Vamos allá!

Todo comenzaba con un encuentro muy deseado. Gracias a mi desplazamiento por navidad, pudé organizar una quedada con dos colegas mios de mi isla vecina, Rayco y Nelson. Nos esperaba un amanecer de campeonato, concretamente casi a las 4:00 am estabamos ya en pie, dispuestos a dar unos cañazos en busca de alguna piezita que nos alegrase la mañana, piezas no se dejarón ver, pero la motivación, los buenos ratos y las risas si que no faltarón. Nos comimos un bolito, pero eso fue lo de menos...






Tras esta jornada tocaba cambiar de emplazamiento. Nos precedieron un par de horas de barco con una mar como un demonio, pero por suerte logramos llegar a nuestro destino. Tocaba reunirse toda la familia, miembros tanto isleños como de la península, con el objetivo de disfrutar del fin de año, y yo para variar, me lleve las varas para catar como estaba la situación...

A lo largo de todos los días, el mar de fondo fue la tónica general, pero quisimos probar suerte aún así. El primer amanecer comenzó potente. En esta ocasión me llevé el equipo hard, sabiendas de que la zona que iba a tratar era complicada... Primeros lances con unas olas que intimidaban, pero entre tanto mirar la ola para quitarse de en medio cuando venía, se produce la primera picada. Un animal muy bueno ataca mi Proteus 130, lanzandolo por los aires, pero no logro clavarlo como me gustaría. Poco después, pruebo uno de los señuelos que mas ansiaba testar, el Jugulo Jerk 180 lc, y poco tardé en ver que a los peces les hacia gracia...

Un par de lances con él, y cuando lo arrimo al veril, me lo frenan en seco, carrera dura contra las rocas y corta de cuajo el hilo, ¡Vaya comiencito! Vuelvo a montar todo, y anudo mi nuevo Shore Line 17, un buen lance, recogida rápida y estrenamos el casillero... Un precioso agujasaurio posa con aspecto fiero para la foto, y acto seguido vuelve a casa...


Pocos lances después, estreno otro de mis nuevos señuelos. El SJM 100, un par de toques rápidos y un pejerrey sale disparado tras él. Clava a las mil maravillas gracias al simple, y con otra fotica rápida vuelve a agua a seguir creciendo.





El empeora aún mas con el cambio de marea, y el pesquera comienza a estar intransitable, y me dispongo a echar los últimos lances. Anudo el otro Jugulo Jerk que me quedaba, lance lejano que comienza con una frenada en la lejanía (pero se suelta), pero en ese mismo lance sigo dandolé al Jerk, y bajo mis pies se produce otro ataque que se salda con el segundo pejerrey del día, el cual dió candadazo a la jornada, ya que mientras lo intentaba desanzuelar, este se revuelve y me clava bajo el pecho uno de los triples del señuelos, el cual me aportaba una importante molestia, por la cual y a la vista del estado de la mar, preferí cerrar el día de esta manera.


Llegaba el segundo día, donde el objetivo principal era repetir en el mismo lugar del día anterior, a la vista de los resultados. Pero solo se quedó en deseo... La mar hacia imposible la acción (era un suicidio), por ello buscamos otro lugar para tentar a la suerte. En este la mar estaba mucho mas pacífica (tampoco la costa era igual) y se podía pescar comodamente.

Casi un año después, volví a encontrarme con los agujasaurios de verdad (apelotonados por la procreación) y fue un espectaculo. Cada lance habían picadas, persecuciones y muchos fallos (debido a sus huesudas bocas). Viendo que nada funcionaba, anudo mi WTD 110, y me divierto viendolas atacar en superficie, pero sorprendentemente una queda prendida de este, y no era precisamente la mas pequeña...

Una corta pelea con muchos cabezasos y brincos que se saltan con un agujasaurio de los gigantes, sencillamente guapísimo...





Pero su actividad no duró mucho más. Desde que el sol acabó de despuntar por el horizonte, cesarón su acción, y salvó un toque extraño, era hora de cambiar de emplazamiento... Sinceramente no me experaba las dos cosas que me pasarían en este nuevo lugar, pero bueno, sigamos con la historia.

Llegue a una zona nueva para mi, la cual se basaba en unos acantilados que debían ser descendidos por pequeños caminos. Sin muchos problemas llegue abajo, una zona de aguas cristalinas, con lagunas y alguna playita. En estas esperaba encontrarme alguna pequeña baila o anjova, pero no lo que me encontré.

En una de estas ensenadas, lanzo mi SJM 100, pegadito a los bordes, lo animo a twiching, y de buenas a primeras se produce una parada tan seca que pienso en enroque, pero no era así. De buenas a primeras noto dos cabezasos brutales y empiezo a ver como los metros de hilo de mi carrete salen volando (todo esto con el equipo liviano, compuesto por la 10-28gr y el carrete 2510). Sinceramente, dudo que nunca antes haya peleado tanto tiempo con así (y todo esto en 1 metro de agua), era sencillamente exagerado, y la verdad me veía muy superado, pero pasando los minutos el animal se iba cansanso y veia una luz al final del tunel (quizás esta podía ser la ocasión de hacerme con mi ansiado monster), pero aproximadamente a unos 60 m de la orilla, se alza una gran ola y le veo la silueta (sencillamente era gigantezco), y en eso veo como esa silueta corre hacia de uno de los bordes rocosos de la ensenada y... PLAFFF !!! rompió...

Una vez ocurre esto, recojó el hilo y veo como logró cortar contra el borde rocoso, ¿que era? nunca lo sabre, posiblemente por el entorno se tratase de un dentón antológico (que puede rozase las 2 cifras), pero nunca lo sabré. Tras esto recojo, y empiezo a caminar hacia la subida del acantilado... Ahí cometo el error de confundir el camino de subida, y empiezo a recorrer una zona de roca que no estab igual de sedimentada, y cuando estaba como a 5 m de altura... Se produce un momento que solo aparece en las pesadillas, pero que me toco vivir en persona a mi...

Piso sobre una roca que se desprende, y yo con ella, intento agarrarme con los brazos, pero me escurro, me acabo soltano y caigo a plomo desde esa altura. La verdad, cuando se habla de ver pasar la vida por delante, este momento fue uno de ellos. Tras caer esos metros a plomo, tengo la divina fortuna de caer de espalda sobre la mochila llena de bolsas y demás amortiguadores, y echar a rodar barranco abajo...

Una vez se frena mi caido, me cuesta unos instantes volver en si, ahí intento comprobar que no me rompí nada, y así fue (tuve esa fortuna). Y me quede con un doloroso recuerdo, pero para lo que pudo ser, poco fue. Sin duda, esto, no lo olvidaré jamás, un susto de los de manual...





Tras esto, ese día y el siguiente me lo pase en reposo, sin apenas moverme debido a los rasgones, y los hematomas producidos por los impactos, pero una vez que me quitaron las gazas y vendas que me salvaban de las infecciones, quise probar fortuna, no podía aguantar mas tiempo encerrado en el apartamento sin hacer nada, salvo estudiar y ver la tele, necesitaba volver a sentir el salitre, y así lo logré.  

Todo comenzó con una mañana cargada de piezas, de reducido tamaño, pero el sorpresón llegó al atardecer. Llevaba muchas horas a orillas del mar, las heridas cada vez molestaban mas, y solo tenía ganas de descansar, pero entre tanto, pescando en una cuarta de agua con el shore line, doy un par de toques de puntera y recibo una picada franca, de nuevo con el equipo liviano. Caña doblada y carrete trabajando el pez despacito, pero sin pausa...

Tras una corta, pero intensa pelea, una ola me deja en seco mi pieza de la temporada, que mas por el tamaño fue por lo que valió emonocionalmente para mí, tras tanta mala suerte acumulada... Una preciosa lubina, salvaje, y en aguas canarias. Un trofeo que por aquí digamos es mas que escaso, y mas con este tamaño, pero neptuno quiso recompensarme de esa forma para acabar en el descuento, y de la mejor forma posible la temporada.








Y de esta forma acabamos la temporada 2015, con unso días cargados de buenos momentos, desiluciones, un susto que jamás recordaré y un pez mas que bonito y raro por estos lares...

Respecto al comienzo del 2016, lo dejamos para la próxima ocasión ;)

Un saludo y buena pesca !!